1971 un año para comenzar a soñar

Año 1971: comenzar a construir nuevos sueños

Nací una tarde de abril de 1971, junto a mi hermana, no sé si fue un año para comenzar a construir sueños. Llegamos para celebrar el cumpleaños de nuestra madre, justo a la hora de la merienda. Entre esfuerzos y arrullos esperábamos en nuestras canastillas descubrir la vida. En el mundo, dos años antes, los americanos habían puesto un pie en la Luna, y en la Tierra, sus habitantes se sentían incrédulos y asombran a partes iguales. La cultura hippie con sus ideales pacifistas, ecologistas, el amor libre y la defesa de los derechos civiles, que había dado esperanza a los jóvenes de los años 60; una década después, pasó a convertirse en una moda comercial de faldas y casacas blancas. Mientras que del «Che» Guevara solamente quedaba una icónica figura en La Habana viendo pasar el tiempo.

Aquel verano, la Luna cada vez menos sola, recibía la visita de David R. Scott, Alfred M. Worden y James B. Irwin a bordo del Apolo 15. Nuestros primeros balbuceos sonaban al compás de la radio que ponían sin cesar la última de Karina cantando “Un nuevo mundo” y la canción del verano era “Cuando calienta el sol aquí en la playa”. En julio, en París, se encontraba el cuerpo sin vida de Jim Morrison, cantante del grupo The Doors; y paradójicamente, John Lennon publica “Imagine,” una de las canciones más famosas y profundas de la historia de la música.

Mientras descubríamos formas y colores, en Granada se encontraba “La Dama de Baza” como símbolo de la cultura íbera y Pablo Neruda nos sorprendía mostrándonos al amor como la experiencia sensorial, a través del tacto y la temperatura, con sus “Veinte poemas y una canción desesperada” y ganaba el Premio Nobel. Cuando comenzamos a reclamar más atención, en Suiza las mujeres consiguieron el derecho al voto, aunque faltaban seis años, todavía, para que acompañáramos mis hermanas y yo a nuestros padres a votar por primera vez en su vida.

Nuestra corta vida, era ajena a la cesión, por parte de los Estados Unidos, del oleoducto Rota-Zaragoza y a la condena del director del Diario Madrid a pagar una multa de 250.000 pesetas por un artículo titulado «Ni gobierno, ni oposición». No entendíamos los movimientos sísmicos de la Tierra, entrando en erupción dos volcanes, ese mismo año, uno en la isla de La Palma (Canarias) el volcán Teneguía; y otro en Sicilia, el Monte Etna. Tampoco comprendíamos el movimiento ecologista que se comenzó a manifestar con el nacimiento de Greenpeace. Su primera reivindicación fue en protesta ante la práctica nuclear estadounidense en el archipiélago de Amchitka (Alaska). Ni del lanzamiento del cuarto álbum de estudio de la legendaria banda británica de rock Led Zeppelin, titulado Led Zeppelin IV.

El mundo es una eterna contradicción, que tardaríamos en descubrir y más tiempo, aun, en comprender. En aquel verano, Australia y Nueva Zelanda se retiran de Vietnam; mientras que las tropas survietnamitas se retiran de Camboya. En el área de pruebas atómicas de Nevada, a las 4:00 a. m. hora local, Estados Unidos, detona su bomba atómica Algodones, de 67 kt. Baréin se independiza del Reino Unido, en el mismo mes que Hugo Banzer Suárez, en Bolivia, se proclama presidente tras un golpe de estado. Entre Tanzania y Uganda se deflagran conflictos fronterizos, sin pensar que en Papeete (Polinesia Francesa) se celebran los Juegos del Pacífico Sur y los presidentes Pastrana (de Colombia), y Allende (de Chile), firman una declaración conjunta en la que se declara el respeto a la diversidad ideológica. En septiembre de ese mismo año, el pueblo argentino recupero el cuerpo de Eva Perón.

En 1971 llegué una tarde de primavera al planeta Tierra con su satélite lunar quebrantado por la osadía de los humanos, unos hippies cada vez más comerciales, y menos preocupados por los derechos civiles, y de la revolución solo quedaban el rostro barbado del «Che» Guevara en una avenida de La Habana… Difícil tarea la de comenzar a construir sueños, pero siembre me ha ido más lo difícil que lo fácil. Igual tenía que ser así. ¿Por dónde seguimos?…

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