Estos días he vuelto a ver la película “Candilejas” de Charles Chaplin. Es una de mis películas preferidas del cine clásico. En la primera frase de su canción «tu llegaste a mi cuando me voy«, te pone los sentimientos a flor de piel. Recuerdo haberla visto de niña, como un cuento, y también de adulta, quedándome una dulce tristeza en la piel por descubrir un ejemplo de amor desde la generosidad y a la vez una derrota frente a la juventud. Es una de esas películas que te conmueven de principio a fin. La historia se sitúa en Londres, durante la Primera Guerra Mundial. Calvero acoge en su casa a una joven atormentada. A la que salva cuando ésta se va a suicidar, intoxicada con gas. Tras el accidente, la muchacha sufre un trastorno psicológico que la hace creer estar paralítica. El cómico intentará que la joven vuelva a caminar y que recupere su afición por la danza.
No sabes muy bien, si te sientes más identificado con el cómico Calvero, en plena decadencia y alcohólico, o con la joven Thereza, que tras un intento de suicidio es salvada por Calvero. Ver como el cómico es capaz de superar su depresión por ayudar a la bailarina. Creer en la joven Thereza, centrarse en conseguir que vuelva a bailar, hace que consiga olvidar por completo sus problemas. El amor que sentía, Calvero por Thereza, hizo posible que se olvidará del sentimiento que tenía de sí mismo para centrar toda su atención en la recuperación de la joven bailarina.
La bailarina recupera la seguridad en sí misma y la ilusión por la danza con el apoyo de comediante. Juntos consiguen que la joven vuelva a triunfar en el ballet unos pocos años después. Con la vuelta a los escenarios, Calvero siente que su tiempo ya ha pasado, al ser rechazado por el público. El cómico termina rechazando a la joven Thereza por ser consciente de edad.
La canción «Candilejas» del propio Chaplin dice…»tu llegaste a mi cuando me voy, eres luz de abril, yo tarde gris» demostrando la generosidad del cómico actor, su sabiduría y la simbiosis entre las imágenes y la música de la película. Representando la ternura que envolvía a Charles Chaplin. Que fue capaz de simbolizar en una película el amor que sentía por su mujer Oona, que era treinta años menor. Mostrándonos una forma de amor desde la generosidad. Siendo capaz de entregar lo mejor de uno y desprenderse hasta de lo más amado, simplemente por creer que es lo mejor para la otra persona. A lo mejor trascender es eso, dejar a un lado lo que quiere uno mismo para hacer lo que es mejor para el otro.
Tú llegaste a mí cuando me voy
eres luz de abril, yo tarde gris
eres juventud, amor, calor, fulgor del sol
trajiste a mí tu juventud cuando me voy.
Entre candilejas te adoré,
entre candilejas yo te amé.
La felicidad que diste a mí vivir se fue,
no volverá nunca jamás, lo sé muy bien.