Perfume de infancia

Perfume de infancia

Mi infancia tiene el olor de la colonia que elaborábamos entre mis hermanas y yo, sabiendo que nos iban a pillar haciendo algo prohibido, mezclando agua, jabón y pétalos de flores de la terraza. En el piso de la calle Camino Cabaldós N° 74 teníamos una terraza inmensa con 60 macetas, era el pequeño gran jardín de mi madre y el lugar donde con mis hermanas Ana y Eva pasábamos las mañanas de verano en la pequeña piscina de goma de color rojo. Nuestra terraza tenía una forma extraña y en general, toda la casa estaba estructurada de una forma bastante peculiar, por así decirlo. No era redonda, ni triangular y mucho menos cuadrada, aunque todas esas formas cabían en ella. Era una casa original, rara y diferente, como un montón de cosas en mi vida.
En aquella época aún no iba al colegio ya que en la escuela de mis hermanas no me aceptaban pues yo no caminaba y no era igual a los otros niños, así lo dijeron y mis padres no querían que fuese a un colegio especial por temor a que allí no me enseñaran correctamente. Entre los cinco y los seis años venían a darme clases a casa los voluntarios de una asociación llamada «Auxilia», con ellos aprendí a leer, escribir, sumar, restar, multiplicar y dividir. Y con ese grupo iba los sábados por las mañanas al Club del Tiempo Libre para estar con otros niños que como yo, tenían alguna discapacidad. Las colonias de verano me gustaban, pero se me hacían largas pues estaba con gente muy mayor para mi, no era mi sitio, tal es así que al regreso de una de esas temporadas, muy enfadada, no le hablé a mis padres por varios días.

Yo no entendía porque era diferente a mis hermanas, porque siempre estaba atada a mis padres y porque no iba al colegio. Yo me recuerdo feliz y contenta, tenía la idea que esto era solo una fase de mi vida, que todo pasaría, que mi vida cambiaría de un momento a otro. Recuerdo que un día le pregunté a mi madre «¿será así siempre?», lo que no recuerdo es lo que ella me contestó. Pero lo que no me olvidaré jamás es el perfume de mi infancia, aquella colonia de agua, jabón y pétalos de flores.

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